EL HOMBRE COMO SUJETO DEL DESEO
EL HOMBRE COMO SUJETO DEL DESEO
Dentro de las estructuras éticas y ontológicas del ser del hombre se encuentra
principalmente el deseo, elemento constitutivo que nos hace seres
humanos. Pero éste adquiere diferentes significados según las distintas
perspectivas teóricas desde las cuales se le aborda.
Desde el sentido común, el deseo tiende a ser identificado con el
deseo sexual. En esta misma línea de interpretación, pero desde un enfoque
científico, la concepción freudiana asocia al deseo con la libido, es
decir, con el impulso sexual reprimido en el individuo, no susceptible de
realización, precisamente por razones sociales, axiológicas y culturales.
Se trata del deseo sexual sublimado.
en el propio Freud hay una distinción sutil pero decisiva
y fundamental entre libido y eros: no son equivalentes. Y sólo si
se concibe como Eros, como pulsión de vida, y de ahí como fuerza
de unión y creación, puede ser el deseo verdadero origen o fuente
vital de la valoración y de la creación de valores.
se dice que el hombre es un ser con relación a sus posibilidades, esto es, se define como naturaleza posible; en pocas palabras, como deseo de llegar a ser plenamente libre, y con ello, más humano. En cuanto sujeto del deseo, el hombre ... es naturaleza ambigua, abierta, susceptible de devenir y autotransformarse. Naturaleza esencialmente histórica, esencialmente ética (y axiológica, en general); naturaleza libre, en suma... El hombre es posibilidad y la posibilidad es deseo. Originariamente está en el hombre la condición deseante. El hombre mismo, cabe decir, es deseo y, en este sentido originario, deseo “de todo”...
Para Juliana González, se trata de un deseo radical, no de cualquier deseo, sino de aquél gracias al cual hombre expresa su anhelado deseo de ser, es decir, deseo originario de realización de la propia condición humana, que consiste en la búsqueda de desarrollo de las potencialidades del ser humano.
se dice que el hombre es un ser con relación a sus posibilidades, esto es, se define como naturaleza posible; en pocas palabras, como deseo de llegar a ser plenamente libre, y con ello, más humano. En cuanto sujeto del deseo, el hombre ... es naturaleza ambigua, abierta, susceptible de devenir y autotransformarse. Naturaleza esencialmente histórica, esencialmente ética (y axiológica, en general); naturaleza libre, en suma... El hombre es posibilidad y la posibilidad es deseo. Originariamente está en el hombre la condición deseante. El hombre mismo, cabe decir, es deseo y, en este sentido originario, deseo “de todo”...
Para Juliana González, se trata de un deseo radical, no de cualquier deseo, sino de aquél gracias al cual hombre expresa su anhelado deseo de ser, es decir, deseo originario de realización de la propia condición humana, que consiste en la búsqueda de desarrollo de las potencialidades del ser humano.
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